Sadako Sasaki sólo tenía 2 años cuando cayó la bomba en Hiroshima, donde ella vivía. Cuando cumplió los 12, le diagnosticaron leucemia, a causa de la radiación de aquella bomba.
Estando en el hospital, una amiga le contó la leyenda de las grullas. Según ésta, si construyes 1000 grullas de papel, un deseo del corazón se cumplirá. Sadako comenzó entonces a hacer grullas, pero falleció cuando llevaba hechas 664.
Cuando sus amigos y amigas se enteraron, siguieron su trabajo, hasta completar las 1000 grullas, con el deseo de que se acabaran las guerras.
Unos años más tarde, se construyó una estatuta en Hiroshima en honor a Sadako con la imagen de una niña y una grulla gigante.
En Japón la grulla de papel se ha convertido en el símbolo de la paz, y una vez al año, la gente lleva a la estatua sus grullas de papel. Una japonesa residente en España creó esta web como apoyo a su país tras el terremoto que sufrió su país en marzo del 2011.
Ahora que conocemos la historia, podemos utilizarla para un regalo. ¿Se os ocurre cómo?
Es algo muy personal, cada cual puede ponerlo en práctica a su manera.
Por ejemplo, puede ser una sorpresa muy bonita encontrarte con una habitación llena de grullas de papel...
Quizá no haga falta construir las 1000, quizá puedes ir contruyéndolas después junto a la persona que recibe el regalo...
pero lo más importante,
no te olvides de pedir un deseo...
