He de confesar que yo no soy fan del Santo Valentín... nunca he celebrado su día con mi pareja, (¡horror! estarán pensando algun@s) así que he esperado unos días para traeros esta aportación tan amorosa y que no os olvidéis del amor el resto del mes de febrero.
Que sí, que todos sabemos que para quererse no hacen falta excusas, largas explicaciones ni días especiales. El caso es quererse y punto. ¡Y falta hace en este mundo más amor! Entre herman@, entre amig@s, familiares, parejas...y para cualquiera de esos casos, necesitamos:
Este cartel hecho con la técnica de String Art, o también llamado Hilorama en castellano, lo hice para nosotros y ahora corona la pared de nuestra habitación. Los que me conozcáis un poquito ya sabéis de mi afición a hacer las cosas muy nuestras, menos comprar y más DIY, cosas personalizadas, artesanas. Así que la decoración corrió de nuestras manos, nunca mejor dicho.
Como no nos decidíamos con los colores, experimentamos un poco... y los
metimos todos. Un poco a lo loco, pero queríamos algo muy colorido, y está claro que eso lo conseguimos.
Algún que otro martillazo me llevé clavando las puntas... pero el resultado nos gustó mucho.
Podéis ver otro ejemplo que hicimos de String art aquí
Y las grullas, que no podían faltar en mi habitación (colgadas de la lámpara), de hecho las tenemos también en el salón, muchas más y de más colores. Hace tiempo os conté su historia.
¡Aquí hay mucho amor del bueno!
¡Que no me guste San Valentín no significa que no sea amorosa!
Y parafraseando a Mario Benedetti, sea San Valentín o no:
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